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Qué son la socialización diferencial y la coeducación

Escena otoñal de niños jugando en el parque.

Vaya por delante que soy consciente de que estas primeras entradas alejadas de la literatura infantil y juvenil puede que no sean las más atractivas de ᴇɴ ᴠᴇʀsᴀʟɪᴛᴀs: no os voy a engañar, los textos para explicar términos relacionados con la igualdad o la perspectiva de género tampoco son mis preferidos ni los que más ganas tenía de compartir, pero me parecía importante sentar unas bases iniciales a las que podréis recurrir cuando me refiera a conceptos que puedan resultar ajenos a quienes lleguen a consultar esta información fuera del marco del feminismo o de la educación, que seréis la mayoría.

Hoy voy a exponeros dos expresiones que van a salir mucho por aquí: socialización diferencial y coeducación.

¿Qué es la socialización diferencial?

La socialización diferencial es el proceso de aprendizaje diferenciado según el género que conlleva actitudes, conductas y pensamientos estereotipados e interiorizados durante toda la vida, generalmente mediante refuerzos y castigos; tanto los explícitos por parte de los agentes implicados en la crianza o la educación, como los implícitos en las actitudes de validación o rechazo que se nos transmiten desde absolutamente todos los contextos que nos rodean.

No creo que haya entre personas razonables ningún debate en admitir que a los hombres y a las mujeres se nos ha educado de forma diferente. Incluso, aunque me pese, yo afirmaría categóricamente que a los niñas y a las niñas se les sigue educando de manera diferente. A niños y niñas que van a los mismos centros de enseñanza, a niños y niñas que crecen en la misma familia, a niños y niñas que utilizan los mismos recursos de ocio o entretenimiento la mayoría de lo que les rodea les hace, aprender a veces de forma directa y asumir otras de una manera sutil, que deben comportarse de una forma u otra en base al género que se les asignó al nacer en función de su sexo biológico.

Los ejemplos son miles y a veces casi imperceptibles: podría parecer que nadie le ha dicho nunca explícitamente a mi hija que por ser una niña tiene que limitarse a los juegos tranquilos, pero sí recibe de todos los entornos comentarios que alaban su comportamiento cuando encaja con ese rol; mientras que a su alrededor veo cómo en los niños se elogia lo contrario. Y así, poco a poco, moldeamos a niños y a niñas sobre en qué parámetros es "deseable" que entren para ajustarse a sus casillas de género.

Durante la infancia, con la educación y con el ejemplo, atribuimos roles y características diferentes a los hombres y a las mujeres: ese fenómeno es la socialización diferencial, y es una de las causas de la desigualdad de género.

¿Qué es la coeducación?

La coeducación es una propuesta educativa (y me gusta puntualizar que debe serlo también de crianza, porque las familias no nos libramos de ser uno de los primeros agentes socializadores que discriminan y perpetúan roles tradicionales) que ante la desigualdad de género busca activamente sensibilizar y prevenir creencias, conductas y comportamientos sexistas. La historia de la coeducación en España discurre paralela a la del movimiento feminista.

Tal y como se define en la Guía de Coeducación · Síntesis sobre la Educación para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres del Instituto de las Mujeres editada en 2008 -porque ya veremos que esto no viene de nuevas-:

La coeducación es una reformulación del modelo de transmisión del conocimiento y de las ideas desde una perspectiva de género en los espacios de socialización destinados a la formación y el aprendizaje.

Y si estoy aquí hablando de este tema es porque no sólo el contexto escolar y el doméstico están impregnado de esa carga de prejuicios que discriminan a las mujeres: la literatura infantil y juvenil no queda al margen de la influencia sexista imperante en nuestra sociedad. Los libros infantiles y juveniles continúan dando cabida entre sus textos e ilustraciones a multitud de mensajes y comportamientos estereotipados.

No se me ocurriría negar que a día de hoy, junto al infinito listado de lecturas en las que abundan las princesas desvalidas que esperan ser salvadas (o las jóvenes que hacen de la búsqueda del amor romántico el principal objetivo de su vida), hay muchos protagonistas que sí reflejan los valores de igualdad hacia los que caminamos, y hay historias llenas modelos diversos que no pasan por alto la importancia de la igualdad. Y me vais a leer mucho más por aquí sobre esos que sobre los primeros: porque lo que quiero es aportar reflexiones sobre la influencia que ejercen las lecturas en la infancia y la juventud en una sociedad sexista pero sobre todo con la manera en la que pueden ayudarnos a superar estos estereotipos caducos.


Trabajo en comunicación y marketing, pero soy especialista en animación a la lectura y en aplicación de la perspectiva de género en las Industrias culturales. Además, estoy aprendiendo a ser la madre de M.